Las paredes de madera son una opción muy versátil porque permiten crear un estilo de diseño diferente a la vez que aíslan las estancias de tu casa. Si estás pensado en esta opción para dar un aire diferente a tus paredes, toma nota de todo lo que tienes que saber antes de escoger esta opción.
Renuncias a unos centímetros
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En función del tipo de madera que elijas, es posible que la colocación de una pared de madera te haga renunciar a unos centímetros en la estancia donde la coloques. No es lo mismo optar por un friso de apenas 1 centímetro de grosor que optar por otro tipo de paneles compuestos por listones de 5 o 6 centímetros. Es importante que lo tengas en cuenta sobre todo en espacios reducidos o en paredes entre las que tienes que colocar algún mueble que ya encaja perfectamente en la medida de la pared sin el recubrimiento de madera.
Efecto natural
El uso de maderas en la decoración del hogar es perfecto para crear cualquier estilo decorativo porque da un toque natural que nunca pasa de moda. Sea cual sea el tipo de madera o color que escojas para las paredes, conseguirás traer la naturaleza al interior de tu casa, lo cual tiene efectos decorativos, pero también un efecto relajante para los habitantes.
Aislante térmico y acústico
La colocación de paneles de madera en una o todas las paredes de tu hogar tiene también una función aislante muy importante. No solo conseguirás aislar las paredes del frío o del calor exterior, sino que también absorberán mejor los ruidos exteriores produciendo un efecto de reducción de ruidos. Esto es perfecto para salones o habitaciones que dan a calles muy concurridas, con mucho tráfico o habitaciones de bebés o niños pequeños que queremos proteger del ruido exterior o del resto de la vivienda.
Paredes de interior y de exterior
A la hora de escoger el revestimiento de madera para tus paredes deberás tener en cuenta si necesitas un recubrimiento de interior o de exterior. Para zonas abiertas como jardines, terrazas o porches tendrás que elegir inevitablemente un revestimiento de exterior. Pero hay ocasiones en las que escoger un recubrimiento de exterior para el interior puede ser todo un acierto.
Por ejemplo, para cuartos de baño y cocinas, donde el nivel de humedad suele ser superior al resto de la vivienda, los materiales de exterior pueden resultar más duraderos. Además, en salones muy abiertos cerca del mar o paredes de interior en las que da el sol durante varias horas al día también puede ser una buena opción ya que los revestimientos de interior pueden no soportar igual de bien la humedad, el salitre o el sol directo durante tantas horas.
Apuesta por la sostenibilidad
Los revestimientos de madera para las paredes de nuestras casas son una opción totalmente sostenible. Es importante, eso sí, asegurarnos al comprar el revestimiento de que la procedencia de la madera es de producción controlada. Así nos aseguraremos de cuidar el medio ambiente a la vez que damos un toque de calidez y de personalidad a las paredes de nuestra vivienda.
Se trata de una opción duradera, reciclable (y en ocasiones reciclada), biodegradable y que preserva el medio ambiente. Sobre todo, frente a otras opciones que consumen muchos más recursos o contienen en su composición materiales no sostenibles como los revestimientos de PVC, algunas pinturas u otros materiales menos sostenibles como la cerámica o el papel vinílico.
Una vez te canses del revestimiento de madera, puedes emplearlo para otros usos o venderlo para que alguien pueda aprovecharlo y darle una segunda vida.
Mantenimiento de las paredes
Las paredes de madera van a requerir un mantenimiento que va a depender del tipo de madera que hayas escogido.
Para revestimientos sin tratar en los que la madera es más porosa y de una superficie irregular tendrás que utilizar un cepillo de cerdas de dureza media para eliminar el polvo. En este tipo de revestimientos es común que se acumule más polvo que en otros más lisos. También te puede venir muy bien el uso de un aspirador con cepillo. Para revestimientos tratados con acabado suave será suficiente con utilizar un trapo humedecido.
El uso de tratamientos antihumedad y antifúngicos es uno de los mejores consejos de mantenimiento para tus paredes de madera. Es inevitable que haya humedad dentro de nuestras casas y esta se va a colar en todos los rincones. Tus paredes de madera no serán una excepción. Este tipo de tratamientos se aplican de una forma muy sencilla y, además, protegen la madera de otros habitantes indeseados como las termitas.
Por último, es posible que tengas que renovar la capa de protección de la madera cada cierto tiempo. En función del tipo de revestimiento puedes utilizar aceites vegetales, cera de abeja o resinas y barnices que la protejan.