Si eres un aficionado a los videojuegos, necesitas una buena silla gaming para poder pasarse horas disfrutando de tus títulos favoritos de una manera cómoda. En el mercado puedes encontrar una gran selección de sillones gamer, así que es importante que conozcas cuáles son los factores más importantes a tener en cuenta para acertar con la decisión de compra.
A diferencia de las sillas de oficina al uso, las sillas gaming destacan por la comodidad y el diseño. Las mejores están acolchadas, son transpirables y se acomodan a la forma de la espalda. Además, tienen extras como reposabrazos regulables y reposacabezas.
Piensa que la postura es lo más importante de todo. A la hora de sentarse, la espalda tiene que mantenerse recta y apoyada en el respaldo, de tal modo que la pantalla quede a un buen ángulo respecto a los ojos. La sensación tiene que ser de descanso absoluto, sin tener que cambiar de postura cada poco tiempo para estar a gusto.
Asiento
Uno de los primeros aspectos que debes valorar a la hora de comprar una silla gamer es la anchura y la altura del asiento. En lo que respecta a la anchura, debe ser superior a la longitud de la pelvis. De lo contrario, los laterales te apretarán y te sentirás incómodo desde el primer momento.
En cuanto a la altura del asiento, no debe ser superior a la altura de tu planta del pie a la rodilla. De esta manera, vas a poder apoyar los pies en el suelo, manteniendo una posición de 90 grados desde la cadera a las rodillas.
Respaldo
Una vez has escogido el mejor asiento para el sillón gamer, lo siguiente en lo que debes fijarte es en el respaldo. Lo ideal es que tenga reposacabezas para que puedas apoyar la espalda, el cuello y la cabeza en una superficie funcional, agradable y ergonómica.
El reposacabezas alivia en gran medida la tensión ocasionada por permanecer muchas horas sentado y proporciona grandes beneficios: alivia la tensión en los hombros, relaja los músculos del cuello al adoptar una postura natural…
Es muy recomendable que el respaldo tenga balanceo e inclinación para que puedas ajustarlo a tu postura. Agradecerás que tenga cierta inclinación para que te puedas reclinar y sentirte más cómodo a la hora de, por ejemplo, ver una película.
Peso
Por supuesto, también debes valorar el peso que soporta la silla, sobre todo si eres una persona corpulenta. Escoge una silla gamer con base de acero. Aunque la base de plástico sea muy resistente, este material no ofrece la misma resistencia que el metal, y con el paso del tiempo se combará.
Reposabrazos
También es importante que te fijes en la altura y la posición de los reposabrazos. Muchas de las sillas gaming que se venden en el mercado tienen los reposabrazos fijos, unidos al respaldo. Sin embargo, no son los mejores porque no puedes ajustarlos a la posición de tus brazos.
Presta atención a que la altura mínima del reposabrazos sea inferior a la altura de tu mesa para que puedas arrimar la silla, y que el reposabrazos quede por debajo de la mesa. Para cuando estés utilizando la silla, escoge una cuyos reposabrazos puedas colocar a la misma altura de la mesa. Por lo tanto, deben tener altura regulable.
Ruedas
Aunque es algo en lo que casi nadie se fija, te aconsejamos hacerlo. En función del suelo de la habitación, puedes elegir unas ruedas u otras ya que no tiene nada que ver el parquet con el terrazo, por ejemplo. Si tienes el suelo de madera, piensa que las ruedas de la silla y el peso pueden rayarlo con el paso del tiempo.
Para este tipo de suelos, las ruedas de goma son las mejores. Como resulta lógico, evita las ruedas que tienen un único punto de contacto. Son mucho mejores las que tienen dos porque reparten mejor el peso y no dañan tanto el suelo.
Material
A la hora de escoger el material del sillón gamer tienes dos grandes opciones: tela y piel de poliuretano (PU). Ambos materiales tienen sus propias ventajas y desventajas.
La PU es muy elegante, pero tiene el gran problema de que no transpira, así que en los meses de verano sentirás cómo tu propio sudor se acumula entre tu piel y la silla. Ahora bien, es un tejido muy resistente a las manchas, que se limpia fácilmente, y con una gran durabilidad.
En cuanto a la tela, no da problemas con el sudor porque sí transpira. Ahora bien, no es tan resistente a las manchas y se suele estropear por el roce. Además, con el paso del tiempo pierde color y las fibras empiezan a salirse.
Teniendo en cuenta las características de la PU y la tela, debes valorar los pros y los contras y elegir el mejor material para ti.